Una bailarina veterana se lo pasa en grande aprendiendo un nuevo estilo
Angel Lavery no es una desconocida en el mundo de la danza, ya que fue miembro del equipo de animadoras de los 49ers de San Francisco y ahora es cofundadora de Ballet Edge Detroit. Pero los bailes de salón siguen pareciéndole un nuevo reto.
“En realidad es muy diferente, es como si estuviera en otro planeta”, dice. “Soy consciente de que el baile de salón es un formato muy diferente al ballet. Tienes que seguir al líder. Bailas por toda la sala. No hay necesariamente un lado donde esté el público, es una especie de pecera de 360 grados. Es una sensación muy distinta”.
Angel es uno de los seis bailarines que participarán en nuestradécima edición anual de Dancing With the Detroit Stars, el 17 de noviembre en el Townsend Hotel de Birmingham.
Lavery y su pareja, Ryan Beck, del Arthur Murray Dance Studio, han estado trabajando en una rutina de samba, que ella describe como “algo más alegre, rápido y enérgico”. Ryan hizo la coreografía y Angel está aprendiendo el baile. Llevan entrenándose desde mediados de septiembre.
“Ha sido muy divertido”, dice Lavery. “Ryan es muy paciente. Nos reímos mucho porque metemos la pata, lo intentamos de nuevo, metemos la pata… pero al final lo conseguimos. Es muy diferente a todo lo que he hecho, y me lo estoy pasando genial”.
Lavery creció en San Francisco y se incorporó al equipo de animadoras Gold Rush de los 49ers cuando cursaba el último año en la Universidad de California en Berkeley, donde permaneció dos temporadas.
“Fue mucho trabajo”, dice. “Creo que la gente tiene una idea equivocada de las animadoras de la NFL. Creo que practicábamos seis horas seguidas los sábados y luego, los domingos, estábamos en los partidos desde el amanecer hasta el anochecer.”
Tras mudarse a Michigan hace unos nueve años, actualmente trabaja como profesora de matemáticas en el instituto Brother Rice de Bloomfield Hills. Angel lanzó Ballet Edge Detroit en 2017 con Erica Marshall; el grupo ensaya en Christina’s Adult Ballet en Farmington Hills.
Lavery dice que está entusiasmada con el acontecimiento, pero que no lo trata como una competición.
“No diría que estoy nerviosa”, dice. “Lo trato como algo divertido y es por una buena causa”.
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